Publicación: 2007
Mi ejemplar
Al cumplir los 10 años, se abandona la niñez, y el curaca de la aldea anuncia a cada niñ@ cual será su futuro dentro de la comunidad. A Nuba y Airún les ha tocado el inmenso honor de ver como cuelga del cuello de su hija la piedra esmeralda, lo que vinculaba su destino con los Hijos del Sol.
Emprenden padres e hija un largo viaje hacia el Templo del Inticancha de Cusco en busca de ese destino. Nemrac sería una de las Vírgenes del Sol. A lo largo del camino se separan y les suceden todo tipo de calamidades, pero con grandes esfuerzos, consiguen reponerse y reencontrarse.
Al mismo tiempo, el Inca Yupanqui Pachacutec, hijo de Viracicha, anuncia el fin de su pueblo. Aun sabiéndose derrotados, decide reconstruir Cusco, ampliar la fortaleza de Sacsayhuamán, y levantar una nueva obra ya iniciada en la montaña del Machu Picchu, que será refugio de la cultura Quechua. Enseñará a su hijo, Tupac Yupanqui, para que lo ayude en las tareas propias de los Incas.
Todas las historias se irán mezclando a lo largo del libro, haciendo muy amena e intrigante su lectura (al menos para mi, claro).
Este libro me lo leí en 2007 o 2008, y ya andaba enamorada de la cultura de los quechua. En la primera lectura me encantó, pero me perdía en los lugares que citaba y con muchas otras cosas... Fue en noviembre de 2009 al volver de mi gran viaje por Perú, cuando lo releí, que realmente lo disfruté y me emocioné recordando cada sitio en los que yo también había estado... Este es el motivo principal de que haya escogido este libro para hacer la segunda entrada de mi blog.
Os recomiendo este libro y os recomiendo un viaje por Perú, pero sin prisas, para disfrutarlo...
Bueno, ya nos leemos.
Esta era la Aclla Huasi, casa de las Vírgenes del Sol, en Pachacamac.
Sacsayhuaman
La ciudad secreta del Machu Picchu, al fondo, el Huayna Picchu
Hola Lola, no había visto esta entrada en tu blog. Qué decir..., MUCHAS GRACIAS.
ResponderEliminarNo sabes la alegría que me da, no que te gustara más o menos la novela, sino que hayas tenido el privilegio de conocer esos lugares que a mí me cambiaron la vida. Veo tu foto de Pachacamac, que fue el primer lugar que visité, y se me pone la piel de gallina. ¡Cómo debió ser eso en el momento de su esplendor!
Muchas gracias por tu reseña,
Un fuerte abrazo,
Jordi