domingo, 29 de septiembre de 2013

¿Qué ha pasado en todo este tiempo?

Cuando me preguntan qué es de mi vida, la respuesta siempre es la misma, “bien, aquí tirando, nada nuevo que contar...” Podría pensar que no ha pasado nada, pero la verdad es que mi vida ha dado casi un giro de 180º; es más, desde hace algo más de un año y medio ya nada es igual...

Si recordáis, hace ya 2 años que tenía sentimientos encontrados.  Me había comprado un billete para volver a Perú y a los pocos días me habían llamado para un trabajo. Pues sí, conseguí el trabajo y la verdad es que ha sido un buen año y medio el que he pasado allí. He conocido a mucha y buena gente, he compartido mucho tiempo con ell@s, buenos ratos de risas y también algún llanto desesperado. A algun@s incluso he terminado llamándol@s amig@s.
 
En el tiempo que he estado allí la monotonía continuaba, salvo por algunas anécdotas que contar y que ya no recuerdo y las salidas con compañer@s y amig@s, pero nada más cambiaba. Hasta que un día todo cambió...

Algo pasó que me hizo replanteármelo todo. No podía seguir esperando a que fuese el mejor momento para cada cosa; el mejor momento tenía que ser ahora o todo seguiría siendo sueños toda la vida. Es más, había sueños de los que tendría que olvidarme, así que lo mejor era mirar adelante y conseguir aquellos que fuesen posibles.

Con la ayuda de mis padres, por supuesto, me lié la manta a la cabeza y fui a por ese piso que ya había visto hacía 2 años, y por suerte para mi, aun no lo habían vendido. Normal, ¿quién en su sano juicio iba a ver bonito algo con estos colores? 

¡Las 2 fotos son de la misma habitacion!

¡Y el pasillo era lo peor!
Pero bueno, como yo soy mujer de gustos extraños, pensé que cambiandole el color y con algunos retoquitos, lo convertiría en mi humilde Cuchitril. Y fue así como un martes y 13 de noviembre no me casé, pero sí me embarqué. Yo pensaba que como lo compraba amueblado, en 2 días estaría aquí viviendo, pero nada más lejos de la realidad. Pasaron 4 meses de sofocones que ya no recuerdo, de gratitud eterna a mi hermano a pesar de las broncas, que ya tampoco recuerdo, y al resto de mi familia y algun@s amig@s que me echaron una mano, dejándolo todo muy bonito.

El viernes 8 de marzo fue la fecha que fijé con mi sobrina para pasar la primera noche, ella, por supuesto, la pasaría conmigo. Salía de trabajar a las 21, así que a las 21:30 estaríamos ya en el piso cenando y viendo una peli. Pero esto también se alejaba de la realidad, porque a las 15:30 me despidieron por reducir voluntariamente mi productividad, dicen. El juez dirá por qué ha sido, aunque yo lo tengo muy claro... Todos mis compañer@s me decían que seguro que era para bien eso de que me despidieran, y eso creía yo también. Encontraría un trabajo mejor, no sería muy difícil, pero iba a echar mucho de menos a esa gente con la que he compartido tantas horas...

Al principio empecé buscando trabajo en cualquier sitio, de cualquier cosa, que hay cosas que pagas. Pero un día me paré y me dije “¿para qué has estudiado?” y me lancé a la piscina. Otro martes y 13, éste en agosto, me volví a embarcar... Me he colegiado y por fin se puede decir que soy abogada. A mi todavía me resulta raro decirlo, pero ya es una realidad. Llevo un mes y medio y poco a poco voy tomando contacto con esta profesión y ¡me encanta! No esperaba tener una marea de clientes llamando a mi telefono, ya iran llegando, reparto muchas tarjetas, hablo con gente, y hasta me he hecho una página en Facebook, y hay que decir que el chorreito no va faltando.  

Y como prueba de mi nuevo empleo, os dejo una muestra del pedazo de diseño que me ha hecho mi amiga Nati para tarjetas, folios y de todo...

Ya podeis ver que sí que me ha cambiado algo la vida y estoy muy ilusionada... esperemos que dure mucho.

Saludos a tod@s y nos seguimos leyendo, pero la próxima vez prometo no soltaros tanto rollo.